viernes, 4 de enero de 2013

Viajando al pasado… de nuevo…




Cuando hace seis meses, el 6 de julio de 2012, leía las líneas finales de 22/11/63, una de las últimas novelas y seguramente una de las obras cumbre de Stephen King, recuerdo haber pensado que acababa de terminar uno de los mejores libros que había leído en mi vida, y que si bien La Cúpula (novela inmediatamente anterior) había dejado una cota de calidad altísima, 22/11/63 iba más allá, y me atrevo a pronosticar que pasarán años para que el Maestro del Terror se supere a sí mismo luego de esta obra maestra.

Al día siguiente, 7 de julio, tras horas de intenso pero gratificante trabajo, volcaba en una reseña de 3.000 palabras (que pueden leer en el siguiente enlace: “22/11/63, de Stephen King”) todas las sensaciones que me había producido el libro, la huella que había dejado, e incluso el vacío que sentía ahora que había finalizado. Tenía muchas cosas que decir, y espero no haberme dejado ninguna… ;)

Una de las cosas que escribí fue que al terminar, luego de viajar por la Norteamérica de finales de los 50’s y principios de los 60’s, con sus coches de lujo y su rock and roll, después de vivir como propia esa trepidante aventura, la realidad lucía opaca y poco interesante, y que casi quería volver al comienzo y vivirla de nuevo…

Pues bien, dicho deseo mal disimulado resultó haciéndose realidad en muchísimo menos tiempo del que esperaba…

Hace dos días terminé de viajar al pasado… de nuevo… :)

Solo que esta vez tuve compañía. :D

Aunque si bien es cierto que veía una relectura del libro en un futuro no muy lejano (así de bueno es, palabra de Calavera ;) ), no pensé que me encontraría leyéndolo de nuevo apenas cuatro meses y medio después.

La explicación es sencilla: hace poco menos de dos meses le regalé un ejemplar a mi novia con motivo de una fecha especial. :) Ella se puso feliz, y mucho, pero creo que, en cierta forma, me puse más feliz yo al ver cómo comenzaba a leérselo con un entusiasmo que solo iba en ascenso y a un ritmo que, la verdad, no me esperaba. No pasaron muchos días para que me contagiara ese entusiasmo, me hiciera recordar los gratos momentos pasados con la historia, y terminara embarcándome yo mismo, otra vez, en ese fascinante viaje al pasado… :D Aunque, todo hay que decirlo, una gran parte de mí lo que quería era estar ahí con ella, recorriendo nuevamente el camino, viajando a su lado… :)

No me sorprendió descubrirme tan enganchado y entusiasmado como la primera vez, aunque sí me sorprende en este momento, al mirar hacia atrás, darme cuenta de que esta segunda vez el libro se sucedió como una exhalación, si cabe, más rápida que la anterior. Volver a visitar Lisbon Falls, Derry, Dallas, Jodie, fue fascinante y lleno de momentos grandiosos. Pero por encima de todo, más gratificante fue leerlo con la persona que amo, que tantas cosas buenas ha representado para mí en los últimos meses, y que tantos sueños representa para el futuro…

Eso sí, he de confesar que a duras penas pude irle a la zaga (así de rápido iba), y que solo aprovechando al máximo los ratos libres pude conseguir alcanzarla, luego de leer cien o más páginas de un tirón (aunque luego me cogiera ventaja otra vez). :P

Aún así, por cosas del Ka, del Destino, las cosas se dieron para que nos encontráramos leyendo juntos el “primer final” de la historia, justo las últimas páginas de la quinta parte de la novela. Luego, en los últimos días, mientras finalizaba un año e iniciaba otro, comenzamos a avanzar más a la par, y el pasado martes 2 de enero coincidimos de nuevo para finalizar las últimas treinta páginas del libro…

Fue, debo decirlo, un momento tan mágico como inesperado… :)

Decidimos comunicarnos por MSN, presentando reporte, por decirlo así, de la página en que iba cada uno, y en un momento dado encendimos la cámara, y desde lejos, pero a la vez muy muy cerca, compartimos ese momento especial, esas líneas cargadas de emoción, ese final increíble y emotivo que a la postre logró robarnos unas cuantas lágrimas…

Fue, en muchos sentidos, una noche inolvidable… :’)

Pero, en balance, fue mucho más aún…

Hubo muchas cosas en el libro que resultaron espejos de nuestros sentimientos, de algunas de nuestras vivencias e ilusiones personales, e ir descubriéndolas, poco a poco, hizo del libro un nexo especial entre nosotros dos, un vínculo inesperado que nos regaló temas para hablar, reír, pensar y soñar…




Si antes este libro se había ganado un espacio importante en mi experiencia de vida, ahora se ha encumbrado en lo más alto, pues ahora no solo será la historia de Sadie y George, sino también la de nosotros dos…

De cómo comenzó todo…

De cómo nos enamoramos…

De cómo soñamos…

…Y de cómo bailamos… ;)

Te amo, cariño… :)




1 comentario:

Anónimo dijo...

Acabaste y volviste a comenzar casi que inmediatamente, al mejor estilo Annie Wilkes XD
Lo bueno era que tenías una grata compañía, y no a Stevie secuestrado en el cuarto de huespedes.

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